El Ayuntamiento de Bilbao estudia ceder solares a particulares para construir pisos

Varias personas solicitan terrenos para levantar viviendas que les permitan agruparse y vivir en la misma comunidad

Olga Sáez – deia.com / Sábado, 22 de Octubre de 2016 – Actualizado a las 06:02h

BILBAO- Ciudadanos particulares han solicitado al concejal de Vivienda del Ayuntamiento de Bilbao, Goyo Zurro, la cesión de suelo público para construir viviendas por su cuenta en régimen de cooperativa y poder vivir en comunidad. Es lo que se denomina en Europa el cohousing, que ha empezado a despertar un gran interés en Euskadi.

El colectivo Eugenesia, formado por alrededor de 60 personas, ya manifestó hace un año en este periódico su interés por constituir la primera comunidad de viviendas para jubilados en régimen de cooperativa en Bizkaia;ahora, son grupos de amigos particulares quienes han trasladado esta misma inquietud al Ayuntamiento de Bilbao. En este sentido, Goyo Zurro adelanta a DEIA que “estamos estudiando nuevas formas de gestión del suelo público para facilitar el acceso a la viviendas”.

El cohousing es una alternativa pero no la única. Por ello, el Área de Vivienda ha encargado a la empresa Ikertalde un estudio sobre las nuevas ideas que están funcionando en Europa. “Buscamos buenas prácticas y entidades interesadas en estar en foros para mejorar el acceso a una vivienda”.

Zurro revela que por su despacho han pasado ya algunas personas con iniciativas concretas. Un grupo de mujeres de distintos barrios de Bilbao -Irala, Deusto, y Santutxu- que se han conocido en sus actividades sociales ha pedido al Ayuntamiento la cesión de uso de algún terreno que esté en la ciudad, por la zona del Casco Viejo prioritariamente, y que esté bien comunicado para construirse sus viviendas y vivir todas en un mismo edificio. “Decían que cuando una se hace mayor busca gente con las mismas necesidades para sentirse acompañada y también respaldada si ocurre algo, pero sin tener que ser una carga para nadie” cuenta Zurro. Haciéndolo conjuntamente buscan además abaratar costos.

En otro caso, se presentó un grupo de jóvenes que, también pensando en el futuro, ha solicitado al Ayuntamiento la cesión de un suelo para poder construir en cooperativa. “Estos solicitaban algún terreno en las zonas de expansión de Bilbao: Zorrotzaurre, Punta Zorrotza y Elorrieta;pero estos son los espacios en los que el Ayuntamiento también quiere hacer vivienda social”.

Nuevas formas de vivir

En todo caso, el concejal de Vivienda señala que el área ya se ha hecho cargo de esta demanda. Además, Zurro cree que este es el momento de apostar por nuevas experiencias, puesto que se está redactando el nuevo Plan General de Ordenación Urbana y es “una buena ocasión para recoger medidas novedosas de viviendas”.

Junto a ello, el Ayuntamiento dispone en estos momentos de unos suelos cuya gestión, según reconocen en el área, resulta complicada para el ámbito municipal. En este sentido, estas peticiones de particulares podrían encajar con el espíritu del Consistorio de explorar otras formas de uso para ellos. Se trata de suelos que proceden de expropiaciones que se hicieron entre 2004 y 2008 y que o bien se encuentran en zonas con demasiada pendiente, y por tanto requieren de trabajos costosos, o son terrenos cuyo coste se ha incrementado por encima de lo permitido por la ley para levantar vivienda social. Zurro se refiere a dos solares en Otxarkoaga, próximos a la autopista;otros dos en las calles Gimnasio (de 293 metros cuadrados) y Cortes (630 metros cuadrados), y uno más en Zabalbide, en una zona de desmonte. El Ayuntamiento dispone también de un terreno en San Adrián (524 metros cuadrados), sobre el que estudia posibles usos, y un último en Ametzola (1.000 metros cuadrados), que es el único sobre el que sí tiene un proyecto redactado. Precisamente, el estudio encargado a la consultora orientará al Ayuntamiento sobre cómo gestionarlos

Según el concejal de Vivienda, Goyo Zurro, se podría aplicar una fórmula similar a los garajes municipales. Así, podría sacarse a licitación el suelo con un precio acorde con el fin del proyecto de vivienda social, de manera que los inquilinos serían dueños de las viviendas mientras que el suelo seguiría perteneciendo al Consistorio durante el tiempo estipulado, al cabo del cual existiría la posibilidad de renovar en el contrato o vender la vivienda a la comunidad.

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