Actualizado:
Cada vez son más los jubilados que no quieren acabar sus días solos, pero también se niegan a ser una carga para sus hijos o acabar en una residencia. Por eso están proliferando las viviendas colaborativas. Son grupos de amigos que deciden constituirse en cooperativa, diseñar sus propias casas y mantener las riendas de sus vidas hasta el final. Tienen servicio de comedor, limpieza y lavandería y contratan todo lo que necesitan, por mucho menos de lo que les costaría tener a alguien en casa o irse a una residencia La filosofía es colaborar y compartir. Mantener el poder de decisión, la actividad y estar acompañados es para ellos la clave de una vejez feliz.