Cohousing, la lenta revolución de las cooperativas de viviendas

Cohousing, la lenta revolución de las cooperativas de viviendas

No todo es comprar o alquilar. Lentamente se está gestando una revolución, la revolución del cohousing, las cooperativas de viviendas, una forma de vivir en comunidad sin dejar de disfrutar de tu privacidad. Un modelo con el que obtienes numerosas ventajas económicas y sostenibles.

 

Cohousing, la lenta revolución de las cooperativas de viviendas

El encarecimiento de la vivienda, la gentrificación, la actuación de algunos grupos inmobiliarios, la especulación… El acceso a una vivienda digna es uno de los principales problemas de nuestra sociedad. Pero es la propia sociedad por encima de las Administraciones y contra la tendencia del Mercado quien se organiza y decide probar nuevas alternativas que les ayuden a tener de su propia vivienda sin que les hipoteque la vida. En este marco ha llegado el concepto del Cohousing, que traducido podría ser la co-vivienda. Se trata de compartir con un grupo de gente diversa un espacio común, una comunidad de casas privadas agrupadas y con un espacio público para compartir. El concepto se originó en Dinamarca en los años ’60 y desde hace unos años que se está materializando en España.

Origen del modelo de cohousing

Trabensol, la comunidad cohousing referente del país

Ya a principios de este siglo empezaron los primeros movimientos entorno al cohousing. De hecho, parece ser que ya en 1999 se dieron los primeros movimientos para crear el primer proyecto de co-vivienda. Fue en Tarragona, pero hasta 2001 no se constituyó la sociedad Cooperativa de Viviendas Residencia La Muralleta. El 2007 se aprobó el plan urbanístico para empezar a construir en los terrenos adquiridos por la sociedad. En 2008 se empezaron las obras y en 2012 ya estaban levantadas las 16 viviendas de esta comunidad.

Pero no es La Muralleta sino Trabensol, en Torremocha del Jarama (Madrid) el gran proyecto de cohousing en España, el referente para muchos otros. Pero tanto Trabensol como La Muralleta tienen una cosa en común: son dos modelos de cohousing senior, es decir la comunidad de socios que forman la cooperativa son todos jubilados. Uno de los objetivos que hay detrás de estas co-viviendas de jubilados es el lograr un nuevo hogar en comunidad para así no depender de los hijos y nietos. Trabensol está a pleno rendimiento desde 2013.

Sostre Cívic y eCOHOUSING, entidades a favor de la co-vivienda

Estos dos referentes abrieron la veda a un nuevo modelo de vivienda que muy lentamente se va dando a conocer y va consiguiendo cada vez más adeptos. Así salieron dos asociaciones que nacieron a kilómetros de distancia pero con dos objetivos comunes: la difusión de este nuevo modelo de vivienda y el dar soporte a todos aquellos proyectos que se crean.

Una de ellas es Sostre Cívic, una cooperativa que funciona desde 2010, con más de 700 socios y socias, que promueve la co-vivienda en régimen de cesión de uso. Helena Trias es la arquitecta y técnica de difusión de la organización y es ella quien nos cuenta porque apuestan por el modelo de cohousing de cesión de uso. “La propiedad siempre es cooperativa y colectiva y los usuarios tienen un derecho de uso sobre las viviendas“. En estos casos, la cooperativa es la titular de las viviendas y los socios aportan una cuota mensual reducida durante su estancia. La persona tiene el derecho de uso y este es heredable, transmisible y vendible, pero siempre a través de la cooperativa.

Otra de las asociaciones que hacen difusión del cohousing es eCOHOUSING, de la cual Rogelio Ruiz es uno de sus portavoces. “eCOHOUSING surge como iniciativa de Equipo Bloque Arquitectos con la idea de sumar esfuerzos a la difusión y desarrollo de la vivienda colaborativa en España.” Ruiz destaca que el cohousing surgió “como una respuesta específica a las necesidades y deseos de un colectivo autogestionado de personas mayores concreto que buscaba una solución satisfactoria para la última etapa de su vida”.

Comunidad, patrimonio y financiación

Levantar un proyecto de cohousing no es fácil. Hay muchos pasos a seguir, pero sobre todo hay tres elementos imprescindibles que tienen que darse para conseguirlo, “un grupo impulsor cohesionado y con una visión compartida, un patrimonio (solar, edificio) y una financiación” comenta Helena Trias. El orden de estos elementos no es necesariamente el expuesto, pues hay veces que hasta que no se adquiere el terreno no se pude consolidar el grupo. Una vez se dan estos tres elementos, se define la comunidad, se diseña y se proyecta las viviendas de manera conjunta y se empieza la construcción que puede durar unos 3 años según estimaciones de la técnica de Sostre Cívic.

Cada parte del plan debe ser ejecutado por el grupo, los gestores, asesores y arquitectos. Pero sobre todo es importante la colaboración de la comunidad implicada. “Nuestro objetivo es construir formas de vida. Para ello lo primero es conocer cómo quiere vivir un grupo concreto de personas, con sus deseos y necesidades específicas” resume Rogelio Ruiz. Esa idea de la comunidad también tiene que trasladarse al diseño de las viviendas. Por eso “a nivel arquitectónico la característica más importante y diferenciadora es que se dedica gran parte de la superficie a espacios comunes, aún a costa de reducir la superficie de espacio privado” comenta el representante de eCOHOUSING.

Como ya se ha comentado, una de las tres patas para levantar un proyecto de co-vivienda es la financiación. Los socios deben aportar una entrada inicial de capital social, sobre el 20% de los costos del proyecto. “Los proyectos que promovemos actualmente tienen unas entradas iniciales de entre 9000 y 35000 euros dependiendo de cada proyecto. Esta entrada inicial del socio es retornable en el momento en que quiere marcharse del proyecto porque otra persona entrará en su lugar aportando una entrada inicial” explica Trias. Queda claro que para sumarse a una comunidad cohousing uno debe invertir mucho tiempo y dinero y muchas veces no hay ni lo uno ni lo otro. “Actualmente no es un modelo para las personas con menos recursos. Aun siendo más económico no es magia: construir un edificio sigue costando dinero” comenta Ruiz. “Lo que sí está claro es que da mucho más por menos. La vivienda representa la mayor carga y esfuerzo económico de nuestras vidas ¿cómo es posible que podamos decidir tan poco sobre ella? A esto da respuesta la vivienda colaborativa”. Aun así, este modelo de vivienda revolucionario lo es porque a la larga resulta más económico que una vivienda en propiedad o en alquiler pues sus cuotas son bastante más reducidas y además se implantan medidas de ahorro y sostenibilidad, aquellas que la comunidad crea más convenientes. “La cooperativa puede decidir instalar mejores sistemas energéticos y materiales que aunque con un mayor coste inicial permiten amortizar el sobrecoste en un plazo razonable, con lo que a medio plazo se produce ahorro” resume Rogelio Ruiz.

El cohousing senior

Por eso el cohousing parece ser una opción más viable para la gente mayor, jubilados cargados de razones por no pasar su última etapa en soledad, con todo el tiempo del mundo y con la posibilidad de gestionar sus ahorros, o hasta de vender su propia casa, para invertir el dinero en un proyecto del tipo Trabensol o La Muralleta. Según Rogelio Ruiz “hay nueve proyectos ya en funcionamiento y que sepamos unos 30 en desarrollo”. En Catalunya, pero, de momento no está en funcionamiento ningún cohousing senior en cesión de uso pues los socios de La Muralleta son propietarios cada uno de su vivienda. Pero en Sostre Cívic están trabajando sobre varios proyectos de cesión de uso y buscando localizaciones.

El papel de la administración

El modelo de cohousing va creciendo cada vez más y en dos años se ha consolidado como la alternativa a los modelos tradicionales de compra o alquiler. Aun así, aún falta mucho trabajo para dar a conocer la co-vivienda y al mismo tiempo buscar colaboraciones con las administraciones locales. De hecho, en los últimos años en este aspecto si que se ha avanzado mucho. Muchos políticos (estatales, municipales o locales) ya conocen el cohousing y algunos han sumado esfuerzos a la causa. “Ya hay ayuntamientos que están trabajando en la cesión de suelos para este tipo de proyectos y varios han apoyado la realización de jornadas, eventos, etc”, explica el portavoz de eCOHOUSING. El apoyo de las administraciones municipales es clave sobre todo en la adquisición de suelo. Por ejemplo, “El suelo en el Área Metropolitana es muy caro y hace inviable plantear muchos de los proyectos si no es en colaboración con la administración pública que facilite el suelo” concluye Trias. Pero Rogelio Ruiz tampoco quiere engañarse. “En general las administraciones se muestran muy cautelosas a la hora de ofrecer su apoyo, bien por su inseguridad respecto al modelo”.

Futuro del cohousing

Pero, a pesar de las piedras que se encuentre, el cohousing, en cada una de sus manifestaciones (senior, multigeneracional, para discapacitados…) va haciendo su camino. “Pienso que en los próximos años vamos a ver más variedad de proyectos, para colectivos cada vez más diversos” asegura Rogelio Ruiz. Y allí estará eCOHOUSING para impulsar todos estos proyectos como el de Brisas Canarias, una cooperativa de viviendas para discapacitados dependientes que se encuentra en fase de desarrollo. El cohousing es una iniciativa sensible a todos los colectivos sociales y que pretende encontrar las mejores soluciones de vivienda para que cada persona pueda vivir con dignidad y acompañada.

Mientras tanto, Helena Trias desde Sostre Cívic seguirá luchando para promover y dar a conocer esta alternativa a la vivienda tradicional en Catalunya. “Participamos en charlas, jornadas, mesas redondas, debates…. También celebramos actos públicos en el marco de los proyectos para darlos a conocer y poder ir tejiendo una buena red con la ciudadanía”. Y sin dejar la difusión, la entidad seguirá impulsando y gestionando proyectos como el de Princesa 49, el primer proyecto de vivienda cooperativa en cesión de uso en Barcelona, entre otros más.

 

 

 

 

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